Cuando empiezo estas cartas, el primer espacio que sale para rellenar es el título. Como no sé arrancar teniendo ese hueco en blanco, suelo completarlo con lo primero que se me pasa por la mente; "ya lo cambiaré luego", pienso siempre. Para mi sorpresa, la mayor parte de las veces, el título no se mueve porque el Hanami trata sobre esa palabra o palabras que he colocado en la cabecera. Antes, creía que era casualidad; después, pensé que sería sugestión. Hoy, estoy convencida de que hay algo dentro que va pidiendo auxilio, y que, si no lo escuchas, el cuerpo te muerde.
Como habréis visto en el asunto del email, esta vez ha tocado “perdida” y aún no tengo muy claro por qué. Sé que esta semana ha sido bastante mala. Anoche estaba tan agobiada por no poder juntar dos palabras con algo de sentido, que me metí en la cama para no dejar que esa bola siguiera haciéndose grande. En realidad, hace días que estoy así y no recuerdo cómo se hace para salir de ahí.
Si me pongo a pensar con detenimiento, creo que he pasado más tiempo estando bloqueada que siendo una escritora con fluidez en sus letras. Recuerdo que una vez mi psicóloga me dijo que cada vez que le hablaba sobre el mundo editorial o sobre la escritura, lo hacía desde un lugar externo, como si fuera una invitada que no creía formar parte de ese sitio. Lejos de rebatirla, tuve que darle la razón. Lo que pasa es que —a pesar de llegar a esa conclusión— no hice las suficientes sesiones como para encontrar una solución. Y por desgracia, empiezo a tener claro que ese no sentirme merecedora de pertenecer ahí es la clave de mis bloqueos constantes.
Pienso mucho en el futuro, especialmente en la parte laboral, que es lo que me va a permitir tener un tipo de vida u otro. Sin entrar mucho en detalles, tengo la sensación de que este año tengo que cambiar la deriva y eso me tiene muy inestable. Perdida.
De las pocas —o tal vez muchas— cosas que he aprendido en este tiempo, es que los planes a largo plazo rara vez se mantienen intactos y que sacrificar el hoy por el mañana es no vivir ninguno de los dos momentos.
Me gusta mi vida tranquila, algo estable, cauta. Me gusta tener las llaves, saber dónde voy a dormir y cuánta leche hay en la nevera. Me gusta desaparecer, pero nunca lo hago sin conocer el camino de vuelta. No quiero vivir como si fuera el último día, pero tengo claro que hay que hacerlo sin dar por hecho que veré otra primavera.
Y a vosotras, ¿cuál sería la primera palabra o frase que se os vendría a la mente si tuvierais que escribir algo?
Millones de besos,
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P.D. Muchas gracias por todos los comentarios en el Hanami de la semana pasada con Bely Basarte. Es muy reconfortante leeros ❤️.
🎵 Algo para escuchar: Os pongo esta canción de Valeria Castro, pero os recomiendo que paséis este domingo con el disco entero. Qué dulzura de mujer.
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