Decía Wilma el otro día que tenía toda su esperanza puesta en que el año nuevo chino empezaba el 10 de febrero. También leí a mucha gente suplicándole a enero que se marchara ya, como si tuvieran claro que febrero iba a ser mejor, como si ese pasito del día 31 al 1 tuviera un efecto mágico en nuestra vida.
Se nos ha hecho largo enero, eso es innegable. Teníamos tantas ganas de atravesar la barrera que dejaba el 2023 atrás, que hemos entrado en el año nuevo a trompicones y organizándonos fatal la vida y las emociones. Hemos empezado el cole con cuadernos usados y lo que andábamos pidiendo a gritos era una libretita nueva limpia pulcra.
Resulta que la vida es un cuaderno lleno de borrones, que no siempre dejamos nosotros, y lo que nos queda es ir rellenando los huecos. Los más hábiles —y no siempre— le damos colorcillo, usamos algunas formas para crear otras, le cogemos cariño a lo que hay.
No deja de encantarme esa capacidad —y necesidad— que tenemos de encontrar páginas en blanco para rellenarlas como nos dé la gana. Mejor dicho, no deja de encantarme esa capacidad de esperanza que le ponemos a lo que vendrá. Vivimos de ello, soñamos con ello, nos alimentamos así. Tal vez también nos destrozamos así: buscando siempre algo mejor.
Yo, por supuesto, estoy emocionada con el 10 de febrero y su año del dragón de madera. Nunca me había llamado mucho la atención el calendario chino hasta que me pillaron un par de entradas de año en Nueva York y, sobre todo, hasta que me perdí varias veces por las calles y negocios que rodean Canal Street. Si habéis leído Un cuerpo agotado, habréis visto que comienza con la hoja de un calendario que compré en Chinatown y con el año del tigre bien presente por todas partes.
Según el horóscopo chino, el dragón, que representa este año 2024, es uno de los símbolos más poderosos de la astrología, que representa fuerza, poder, energía. También simboliza el liderazgo, la tenacidad y la nobleza. El año del dragón finalizará el 28 de enero de 2025 y le sucederá el año de la serpiente.
Lo cierto es que me da igual que lo que empiece sea el año nuevo chino, la primavera, la semana que viene o el día siguiente. Lo que me pone contenta es encontrar otro punto de inicio que me recuerde que amanece todo el rato.
Os abrazo fuerte.
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No sabía lo del 10 de febrero ! Me lo anoto .. que bonito ! Me aferro a la esperanza de que sea lo que sea , siempre se abre una nueva oportunidad para todo
Me apunto el 10 de febrero Benito, no perdamos nunca la esperanza, todos los días sale el sol ✨❤️