Son las 7:13 de la mañana y vuelvo a estar aquí sentada, delante del ordenador, con una infusión relajante con leche de avena recién hecha a mi costado y con la casa aún a medio oscuras. En mi hogar siempre hay luz ambiente encendida, me da paz. Supongo que ya os hablé de esto: durante la cuarentena, la lámpara de sal consiguió darme mucha calma en mita…
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